Sublime amor
Devocional diario.
"Sublime amor"
Cuando pienso en el amor, en ese sentimiento que envuelve tantas emociones, que trae recuerdos gratos, alegres, tristes, amargos ó dulces, entiendo que el amor es la manifestación de favor y deseo de bien por el otro. Entonces me doy cuenta de, cuán equivocados andamos buscando el amor, esperando ser amados, cuando el amor se manifiesta en favor del otro y no de uno mismo. (Aunque el dar amor, produce recibir amor.)
El amor es darse por otros o por el otro. Realmente es una gran expresión de generosidad.
El amor no es un sentimiento, aunque embarga muchos sentimientos, pero el amor es una desición. Por ello podemos amar aún a los que nos aborrecen.
En esto muestra Dios su amor por nosotros, en que siendo pecadores, habiendolo ignorado, ofendido, maltratado, herido, y no creido, él dio su vida por todos nosotros. (Rom. 5:8)
Que maravillosa manifestación de amor verdadero. Él nos manifesto su amor, buscando nuestro bién. Y aún lo sigue manifestando en cada momento sobre todos los hijos de los hombres.
No importa cual sea tu ideología religiosa, o tus creencias, o tu raza o nación, ó tú condición social, cultura, etc. Sí volvemos nuestra mirada a él y clamamos por su perdón, él nunca nos desoye, siempre nos atiende y responde con su amor.
Pablo entendio este maravilloso amor y dijo que por esa causa doblaba sus rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, para que podamos ser fortalecidos con poder en nuestro hombre interior por su Espíritu Santo, y podamos ser plenamente capaces de entender y comprender cuan alto, cuan ancho, cuan profundo y cuan largo (sus dimensiones eternas) es el amor de Dios, que sobrepasa todo entendimiento humano, para que conociendolo, podamos ser llenos de toda la plenitud de Dios. (Ef.3:14-19) ¡Aleluya, Gloria a Dios!
Nuesto Señor Jesucristo, quién nos manifesto su amor, entregando su propia vida a cambio de la nuestra. (La mía primeramente) nos dejo un nuevo mandamiento, que no es otro que un resumén del mismo ya escrito antiguamente, pero más aclarado por la demostración que nos estaba dejando con su propia vida. "Amense unos a otros, como Yo los amo." (Jn 13:34) No dijo, ama solamente al que te ama, ó ama al que te hace el bién, ó al que piensa como tú, nó, el dijo amense unos a otros como Yo los amo. Él no hizo acepción de personas y dió su vida por todos los hombres, para que todos tengan la oportunidad de ser salvos. Pero dependera de los hombres, dependera de cada uno de nosotros el aceptar su ofrenda y recibirla para que podamos ser perdonados y borrados nuestros pecados, y podamos ser salvos.
Hay dos mandamientos que resumén todos los mandamientos de la ley de Dios. Dos mandamientos que debemos cumplir y que solo lo podemos cumplir con su ayuda, sin su ayuda no podremos hacerlo. Por ello el vino, para ayudarnos a hacer lo que por nosotros mismos, es imposible hacerlo.
Él vencio para que por medio de él podamos vencer. ¡Gloria a Dios!; nada soy sin él, nada puedo sin él, nada tengo sin él.
Recuerdan lo que dijo en (Jn 15:3-7)
Sin mí nada podeís hacer. Y nada es nada. Necesitamos de él para poder vencer y cumplir sus mandatos. Dependera de nosotros rendirnos a él y permitir que nos ayude en todo.
El primer mandamiento y el más importante es: "Amaras al Señor tú Dios, primero y por sobre todas las cosas."
Y el segundo es : Amaras a tu projímo, como a tí mismo."
Gracias a Dios que él nos llena de su amor, porque nos ama con amor eterno y derrama su amor sobre nosotros por su Espíritu Santo que nos a dado. (Rom.5:5)
El problema somos nosotros, que no sabemos amar a nadie. Y mientras no reconozcamos que el amor que decimos tener sobre los demás esta lleno de egoismo, no podremos ser diferentes.
El reconocer la condición errada de nuestro amor, nos abrira la puerta al cambio, abrira la puerta al verdadero amor. No puede haber ningún cambio en nuestra vida, mientras no reconozcamos nuestra condición real. El principio del cambio es el reconocer que estamos mal, y que nesecitamos de la ayuda de Dios y tambien de los hombres. (ello se llama humildad).
Meditando en estos mandamientos entendí que no podemos amar a Dios, a quién no hemos visto, si no sabemos amar a los que vemos. (Jn 4:20) Pero como puedo hacerlo, si primero tengo que amar a Dios, a quién no he visto, aunque sí creo totalmente en él, porque según el mandamoento me dice que debo amar a Dios primero y sobre todas las cosas, incluyendome a mí mismo, pero no puedo decir que amo a Dios, si no amo a mi projimo.
Entonces entendi que si hacemos todas las cosas como para él Señor, estare teniendo la motivación correcta en todo lo que haga, incluyendo el de amar a mi projimo y a mis hermanos, como Cristo nos ama. Y cómo sé que el amor no es un sentimiento, si no una decisión, que incluye negación a uno mismo, entonces decidi amar a los demás, empezando por mi hogar, y hacerlo como para el Señor.
Como mí deseo es agradar a Dios, por sobre todas las cosas, entonces, cada situación dificil que vivia, en la que se me demandaba según las escrituras, amar a mi projimo,(incluyendo mi hogar). Tomaba la decisión de hacer lo correcto, buscando el bienestar del otro, sabiendo que eso era lo que mi Padre Celestial desea de mí.
De esa manera entendí que para poder amar a Dios primero y sobre todas las cosas, tenia que amar a mi projimo, empesando por mi hogar. Que de esa forma estaba amando a Dios por sobre todo. Porque lo que hise y hago, es amar en obediencia a lo que a Dios le agrada, y lo hago porque quiero agradar en obediencia a Dios. Dándole a Dios la preeminencia en mis desiciones, le doy el primer lugar en todo.
Y le doy gracias a Dios por Jesucristo mí Señor, por quién tengo entrada al lugar Santo, a su presencia, cada día, por su sangre que me limpia de toda falta, error, pecado, culpa, en este proceso de cada día. Porque no soy perfecto, pero camino a perfección, de Gloria en Gloria, por su Espíritu Santo, que nos fue dado. (2 cor.3 18)
En su presencia, solo en su presencia, podemos ser perfeccionados, solo en su presencia podemos conocerlo, y solo en su presencia fluirá su amor, se derrama su amor en nosotros para los demás. (Rom 5:5) Fluirá cómo río, de Él para nosotros y de nosotros para los demás.
Su Santo Espíritu nos equipara, nos capacitará, nos potenciará, etc para toda buena obra.
Amén.
Pastor: RodolfoGalvez
Comentarios
Publicar un comentario