Siendo Guiados por el Espíritu Santo

Devocional diario.

Siendo Guiados por el Espíritu Santo.

Rom.8: 1 - 27

Tal vez nos preguntamos, si estamos siendo guiado por el Espíritu Santo, cómo lo se?

Pues el ser guiado por él, es la señal de que somos hijos de Dios, es la señal de que verdaderamente hemos nacido de nuevo, es la señal de que verdaderamente el Espíritu de Jesús está en nosotros.

Cuando vine a los pies de mi Señor, cuando lo recibí en mi corazón cómo mi Salvador, no viví ninguna esperiencia sobrenatural tangible, pero al despertar al día siguiente, sabía que no estaba solo, que Dios estaba conmigo, y empeze a tener la necesidad de orar, y leer su palabra, y esa necesidad fue yendo en aumento a la medida que satisfacía la primera necesidad de mi ser. Aún no lo sabía, pero estaba siendo guiado por el Espíritu Santo. Pasaron varios meses, y a mi parecer, no experimentaba nada sobrenatural, sin embargo el hecho de tener la necesidad de orar, y de leer su palabra, ya era algo sobrenatural, aunque no lo reconocía. El Espíritu Santo estaba guiando mi vida.

Lo siguiente que sucedió, inmediatamente después de recibir a Jesús en mi corazón, fue el hecho de que al leer su palabra, iba siendo cuestionado en mí conciencia, haciéndome ver cuàn pecador era, y llevándome a un arrepentimiento continúo. Sin saberlo, el Espíritu Santo estaba guiando mi vida.

Luego de un tiempo, empeze a experimentar una opresión en mi pecho, cuando algo hacia, o decía, o pensaba, que no era agradable ante Dios, y lo sabía, porque su palabra me confrontaba. Entonces cuando eso sucedía, corría a postrarme y pedirle perdón.

Me di cuenta que a medida que atendía la señal que el Espíritu me hacía experimentar, Él seguía enseñándome y guiandome, pero cuando no le hacía caso, ya sea por una razón o otra, simplemente ya no volvía a experimentar dicha opresión en mi pecho cuando algo hacia, pensaba, o hablaba, que no era agradable al Señor. Entonces cuando eso sucedía, aprendí que tenía que pedirle al Espíritu Santo, que me perdone y me muestre en qué le falle, y él siempre respondía haciéndome ver mi falta y llevándome a un arrepentimiento genuino.

Así me fui dando cuenta, que cada vez que tenía esa opresión en mi pecho, perdía la paz, que empezaba a experimentar en mi interior, y cada vez fue más notorio la presencia de dicha paz en mi interior, y asimismo también la perdida de ella, cuando le fallaba en algo al Señor..

En esta época ya había experimentado una visitaciin sobrenatural tangible sobre mi vida, y empecé a conocer de su presencia y compañía.

Nada hice que mereciera ello, solo fui siendo obediente a su guianza en cada paso de mi vida.

He aprendido que cuando le fallamos y no atendemos a su guianza, ya no nos dirá nada, No seguirá guiando nuestra vida, y entonces estamos haciendo todo en la carne, y la carne también quiere agradar a Dios, y buscarlo y servirlo, pero jamas podrá agradarlo. Podemos caer en ello, y estar tanto tiempo así que nos acostumbramos a vivir de esa manera un cristianismo carnal, sin vida, sin la presencia del Espíritu, sin su guianza. Sin su paz  Por ello dice la escritura, busca la paz y síguela 

Si la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento y que se siente y se experimenta en el espíritu, no está en tí, es vital que la busquemos y cuando la hallemos la sigamos, porque ella siempre está presente cuando el Espíritu Santo esta.

Su presencia nos guiara a toda verdad, cumpliendose la palabra que dice:  cosa que ojo no vio,  ni oído oyó, ni a subido al entendimiento de los hombres, son las cosas que Dios tiene preparado para todos los que lo aman, y nos lo revela por su Espíritu Santo. (1 cor. 2:9-10)

Jesús dijo que el Espíritu Santo nos guiaría a toda Verdad, nos enseñará todas las cosas y nos hará recordar todo lo que Él nos dijo y nos dice hoy mismo. Jn 14:26-27; 16:12-13

Cómo entenderás, si busco ser guiado por él Espíritu Santo en todo lo que hago, entonces entenderás que estos devocionales son guiados y dirigidos por él. No los estaría haciendo y compartiendo, si él no estaría guiandome a hacerlo.

Amén.

Ps. RodolfoGalvez.